Ganar en la Rosaleda debe de ser una obligación, sobre todo para una institución como el Real Betis Balompié, que en tan pocas veces a nivel deportivo está a nivel de su grandeza.
El GLORIOSO volvió a la senda de la victoria 7 partidos después, que se dice pronto, después de derrotas imperdonables y sonrojantes; volviendo a superar al rival malacitano en su propio feudo con solvencia por tercer año consecutivo, en el que se empeñan llamar derbi, desde la Costa del Sol, nada más lejos de la realidad.
3 puntos y a pensar en el próximo partido, todavía se nos debe mucho.
QUE LOS ÁRBOLES NO IMPIDAN VER EL BOSQUE...
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