El conjunto verdiblanco engrosó la interminable lista de
"víctimas" en el imbatido Bernabéu, en un digno partido al que nunca
perdió la cara y en el que nunca bajó los brazos. La cara del GLORIOSO se
encarnó en un inagotable Pabón, cuya entrega no tuvo la recompensa del gol.
Primero en un larguerazo, y luego en la jugada clave del partido, tras empujar
sin fuerza un balón que salvaba y encontraba en la misma raya de gol Albiol,
cuando el Madrid pedía la hora.
Del posible 2-2 se pasó al 3-1, con la
"receta preferida" del conjunto Merengue: un contragolpe, que remató
un Ozil, que aprovechó al máximo los fallos de un desconocido Paulao. El
brasileño "dejó en bragas" a la defensa (rompiendo el fuera de juego)
dos veces, que supusieron 2 goles.
Digno papel = a 0 puntos. De nada vale
empacharse en inútiles halagos, que tan negativos "efectos secundarios" pueden
provocar. Toca pensar en el próximo y difícil partido ante un enrachado
Deportivo, que se juega la vida y que se jugará en el enésimo Lunes.
Y NUESTRA PANCARTA LUCIÓ EN UNO DE LOS TEMPLOS
DEL FÚTBOL
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