Tampoco esta vez se consiguieron los 3 puntos en casa, pero no fue por no intentarlo, por no darlo todo, ni por poner la alfombra al rival. Esta vez sí el equipo de Mel lo dió todo ante un rival que aprovechó el primer tiro a puerta para tirar de su dinamita.
Tirando de orgullo, corazón y coraje, el conjunto verdiblanco embotelló a su rival en el área, para que otra vez Molina, pusiera un empate tan merecido como insuficiente. Solo los palos, la picardía del rival y la mala suerte impidieron que los 3 puntos se quedaran en Heliópolis.
ASÍ SÍ, NO LO OLVIDEN...
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