Aunque a parte del dato y los números, otra historia fue un partido, en el que los verdinegros fueron de menos a más y en donde buena parte de culpa tuvo un rival insistente y que nunca se dio por vencido. Los blanquinegros salieron con la lección aprendida, ejerciendo una presión constante(del que buena fe pudo dar Oscar) sobre los peñistas, que tardaron en coger el pulso al partido, pero que poco a poco y con el paso de los minutos fueron llevando a su terreno. Tuvo que ser Vargas, quien abriera el cerrojo visitante (1-0), por medio de una jugada personal que finalizaba en las redes de un inspirado cancerbero, que minutos antes se había lucido abortando el gol peñista.
La correosa segunda parte dio lugar a una segunda, donde llegaron todos los goles. Aarón puso el tempranero (2-0) con el golazo de la tarde, tras colocar con un obús por la escuadra una falta directa. Cuando todo parecía viento en popa, llegaron los minutos más complicados para los verdinegros, donde los rivales aprovechaban las rápidas contras originadas por el dominio peñista y que a punto estuvieron de poner el apretado 2-1, pero nuevamente apareció la calidad de Vargas, para poner un clave 3-0. A partir de ahí moriría el partido, dando lugar al carrusel de goles, donde los peñistas se moverían como pez en el agua, ante un rival desvocado y con urgencias. Álex, Manolo, Rata y Bermeo sellaron el definitivo 7-3 con pasaporte a un merecido liderato.
Toca descansar, y preparar el partidazo que dentro de dos jornadas enfrentarán a dos claros aspirantes al título, la ilusión, las ganas y el trabajo, ante el vigente campeón.
EL PEOR RIVAL, ES UNO MISMO...
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